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Haddharamma

Millones de lutos

Millones de lutos Ayer 11M, por la tarde, fui al teatro con mi novia a ver una función con Rosa María Sardá. No habría ido de no ser porque se trataba de algo muy especial. Mi novia me había regalado la entrada como regalo de Navidad, tres meses antes.

Cuando llegamos al Cervantes nos encontramos a los actores sentados en las escaleras de entrada al teatro. La función se había suspendido, probablemente por decisión de las autoridades del teatro. Reconocimos a Rosa María Sardá, y la acompañaban Mercè Pons y Fernando Guillén. Estaban allí, sentados como unos ciudadanos más, junto con el resto de los miembros del retrato, como muestra de solidaridad, y de respeto ante los espectadores para quienes no iban a poder actuar.

Se mostraron muy llanos y accesibles, hablar con ellos fue como hacerlo con cualquier vecino. Les dio pena que me quedara sin el regalo que mi novia me había hecho con tanto cariño (y anticipación), pero todos coincidían en que los acontecimientos han desbordado la normalidad. No se puede continuar como si no hubiera sucecido nada. No nos supieron decir si volverían por aquí en otras fechas para representar la función que hoy no han podido.

Cuento esto como una muestra diminuta de los millones de lutos que se viven hoy en España. No sólo los oficiales, como cerrar los teatros y suspender actos, sino de los pequeños gestos personales en señor de dolor y respeto que se viven en todas partes. Nunca imaginé hace tres meses, cuando mi novia me sorprendió con el regalo de las entradas, que hoy iba a ser un día de tristeza en vez de celebración. Este es mi luto personal, junto con la emoción que me producen los acontecimientos.

En el fondo me ha alegrado que se suspendiera la función. Me sentía culpable, frívolo, por ir a divertirme en un día como hoy, cuando 1400 víctimas lo están pasando tan mal (más la relación exponencial de familiares y conocidos), y de ellos 192 ya no podrán disfrutar ni sufrir nunca más.

No creo que lea nadie esta página en muchos días -mi audiencia se reduce a unos pocos amigos-, y dudo aun más que la lea ninguna víctima directa o indirecta, familiar o conocido. Pero vaya con ellos mi luto como gesto de respeto, solidaridad y condolencia.

1 comentario

Epaminondas Pantulis -

Una historia más de solidaridad, de las que estos días -por fortuna- han abundado.

Como el Bayern de Münich, que se ha ofrecido a jugar un partido amistoso con su némesis europea, el Real Madrid, en favor de las víctimas.

Como los aficionados alemanes que olvidaron volver a casa para donar sangre.

Como aquel héroe que, tras la primera explosión, se dirigió corriendo al tren para ayudar en vez de huir y murió en el siguiente estallido.

Como todo el pueblo de Madrid empapándose en la calle en un único grito.

Son tantas historias que aún se me ponen los pelos de punta. De la politica mejor hablar otro día.