Resultados electorales
Como decía Epaminondas en su bitácora: "el terror ha votado". El resultado de las elecciones me ha sorprendido enormemente. Todos contábamos con que el pueblo castigaría al fin al PP la fascistada de meternos en una guerra absurda desoyendo nuestros gritos de indignación. Cierto que nadie pensaba ya que el PP fuera a revalidar la mayoría absoluta. Yo estimaba que perdería entre 10 y 15 escaños. Pero nunca imaginé que fuera a descalabrarse perdiendo 35 escaños, y que el PSOE ganaría las elecciones recogiendo la colecta de votos de castigo, hasta alcanzar una mayoría simple gobernable. ¿He dicho 'gobernable'? Ya veremos...
Hasta el 10 de Marzo las encuestas le daban una nítida mayoría al PP, bailando al límite de la mayoría absoluta. Los españoles no estaban suficientemente desencantados. O quizá los votantes indecisos de centro estaban desencantados por igual con la gestión del PP y con la desorganización del PSOE. El voto de la derecha es religiosamente fiel y unitario, mientras que el de la izquierda es plural, fragmentado. Y desengañado. Los votantes de izquierdas nos movemos entre el rechazo a las distintas opciones políticas, y votamos a aquella que nos haya desengañado menos. Muchos se quedan en casa, y la resta de su voto a la izquierda se traduce implícitamente en la suma de un voto a la derecha. Al margen de las aritméticas y álgebras electorales, lo cierto es que hasta el miércoles 10, España votaba PP.
Pero el terror ha votado. Siento que los españoles hayan necesitado que les llevaran el horror a casa, un servicio de entrega de crudas realidades a domicilio, para abrir los ojos y castigar la arrogancia y los errores del PP. Este ataque a la democracia les ha hecho despertar y ha removido las conciencias. Tocaba cambio, pero los españoles que como ciudadanos se indignaban y protestaban, como electores le daban sumisamente la razón con su voto -directo o rebotado- a la gestión del gobierno del PP. "Seguid haciéndolo así de mal; nos da igual, os vamos a seguir votando". Ahora, con la afilada sensación del deber responsable, de querer contribuir con algo a cambiar este asco de realidad, se han dado cuenta por fin de que el voto no sólo puede ser útil sino que también debe ser responsable.
No hay que confundirse. España no ha votado PSOE, ha concentrado en el PSOE su voto útil anti-PP. Los electores no son tan tontos como para olvidar los errores propios del PSOE, todavía desorientado, descoordinado, disperso e inmaduro desde que lo echaron del poder en el 96. Pero este voto de castigo no sólo se ha concentrado en el PSOE, al menos dos autonomías (Cataluña y País Vasco) han votado fundamentalmente nacionalismo. Y no un nacionalismo autonomista o localista, sino soberanista y separatista. El PSOE necesita además el apoyo de estos partidos para gobernar, y me temo que tendrá que pagar un precio alto por esto. Es preocupante el auge y radicalización de los nacionalismos en este país. Pero eso es otra historia, y me la guardo para otra ocasión...
Cierro con esta entrada el luto en mi bitácora. Los ecos del estruendo de las explosiones asesinas siguen resonando, y no hemos olvidado el dolor ni sus consecuencias. Pero creo que hay que continuar y volver a mirar hacia delante; lo contrario sería otorgar a los terroristas el triunfo que buscaban.
Hasta el 10 de Marzo las encuestas le daban una nítida mayoría al PP, bailando al límite de la mayoría absoluta. Los españoles no estaban suficientemente desencantados. O quizá los votantes indecisos de centro estaban desencantados por igual con la gestión del PP y con la desorganización del PSOE. El voto de la derecha es religiosamente fiel y unitario, mientras que el de la izquierda es plural, fragmentado. Y desengañado. Los votantes de izquierdas nos movemos entre el rechazo a las distintas opciones políticas, y votamos a aquella que nos haya desengañado menos. Muchos se quedan en casa, y la resta de su voto a la izquierda se traduce implícitamente en la suma de un voto a la derecha. Al margen de las aritméticas y álgebras electorales, lo cierto es que hasta el miércoles 10, España votaba PP.
Pero el terror ha votado. Siento que los españoles hayan necesitado que les llevaran el horror a casa, un servicio de entrega de crudas realidades a domicilio, para abrir los ojos y castigar la arrogancia y los errores del PP. Este ataque a la democracia les ha hecho despertar y ha removido las conciencias. Tocaba cambio, pero los españoles que como ciudadanos se indignaban y protestaban, como electores le daban sumisamente la razón con su voto -directo o rebotado- a la gestión del gobierno del PP. "Seguid haciéndolo así de mal; nos da igual, os vamos a seguir votando". Ahora, con la afilada sensación del deber responsable, de querer contribuir con algo a cambiar este asco de realidad, se han dado cuenta por fin de que el voto no sólo puede ser útil sino que también debe ser responsable.
No hay que confundirse. España no ha votado PSOE, ha concentrado en el PSOE su voto útil anti-PP. Los electores no son tan tontos como para olvidar los errores propios del PSOE, todavía desorientado, descoordinado, disperso e inmaduro desde que lo echaron del poder en el 96. Pero este voto de castigo no sólo se ha concentrado en el PSOE, al menos dos autonomías (Cataluña y País Vasco) han votado fundamentalmente nacionalismo. Y no un nacionalismo autonomista o localista, sino soberanista y separatista. El PSOE necesita además el apoyo de estos partidos para gobernar, y me temo que tendrá que pagar un precio alto por esto. Es preocupante el auge y radicalización de los nacionalismos en este país. Pero eso es otra historia, y me la guardo para otra ocasión...
Cierro con esta entrada el luto en mi bitácora. Los ecos del estruendo de las explosiones asesinas siguen resonando, y no hemos olvidado el dolor ni sus consecuencias. Pero creo que hay que continuar y volver a mirar hacia delante; lo contrario sería otorgar a los terroristas el triunfo que buscaban.
3 comentarios
Haddhar -
Yo también me sentí orgulloso de ser malagueño y español, la respuesta del pueblo ha sido ejemplar, no solo por la solidaridad, sino por no haber caído en la "solución fácil" de demonizar a los extranjeros, como ocurrió en EEUU después del 11-S.
El disidente -
Un abrazo a tod@s.
P.S. Francis, después de verte recogí a mi mujer en la casa y nos fuimos a la manifestación. "Afortunadamente" no puede encontrarte porque había un MAR de gente que cubría Málaga. Creo que ha sido uno de los momentos en los que más feliz me he sentido de mi condición de Malagueño.
Arthur -