Blogia
Haddharamma

And the winner is...

Para sorpresa de nadie, un cónclave mayoritariamente ultraconservador, construido minuciosamente por el anterior papa ultraconservador, de entre todas las opciones conservadoras, ha elegido a un nuevo papa ultraconservador. Para sorpresa de pocos, ha sido Ratzinger, la más radical de las opciones. Para sorpresa de muchos (incluido yo), la elección ha sido mucho más rápida de lo esperado y tenemos papa tras el segundo día de votaciones. Lo cual no hace sino oscurecer aun más el panorama: si han tardado tan poco en ponerse de acuerdo, sin apenas lugar al debate, poco se puede esperar de una iglesia que se decide rápidamente por la línea más radicalmente integrista (si dijera "facha" habría quien se ofenda).

Se hablaba de muchas reglas heurísticas no escritas: que si por alternancia tocaba un papa progresista, que si quien entra Papa al cónclave sale cardenal, que si el cónclave quería un hombre joven, que si podría tener una oportunidad a un papa de otro continente... Yo tenía muy pocas dudas. No había incertidumbre posible, era de una simpleza matemática: en sus 26 años de pontificado Juan Pablo II ha mantenido una política sistemáticamente reaccionaria y ha ido situando a sus alfiles en todos los puestos claves en la curia Vaticana, obispos y cardenales de todo el mundo, dejando la sucesión bien atada. Había una inmensa mayoría -casi unanimidad- conservadora en el cónclave, y de tal palo, tal astilla. Un conservador moderado es la opción más optimista que hubiera podido salir.

La elección lógica cónclave ha sido sencillamente representativa. Nunca he entendido por qué razón se suponía que una oligocracia eclesiástica momificada, reaccionaria y que lleva siglos viviendo de espaldas a la realidad del mundo, iba a querer contradecirse y aniquilarse eligiendo un papa progresista y reformador. Es una ley natural, el poder conservador tiende a perpetuarse a sí mismo.

Soy muy pesimista sobre esta iglesia y su influencia en el mundo. La iglesia entra en el Siglo XXI apostando por la vía ya abierta por Juan Pablo II: la vuelta a la visión medieval de la vida y la moral. Y con Ratzinger papificado, la vuelta también de la Santa Inquisición (sin hogueras pero con el mismo rigor integrista en su interpretación del mundo). La iglesia ha perdido una oportunidad histórica de rehacer las paces con la razón y el progreso, el camino que intentó tomar Juan XXIII y tal vez Juan Pablo I (si no hubiera muerto en circunstancias poco claras).

P.S. Había escrito una entrada para antes de que eligieran papa, pero ando liado con las oposiciones no he encontrado tiempo para terminarla. A ver si encuentro un rato para actualizarla y la reciclo.

2 comentarios

Haddhar -

Los conservadores, cuando llegan al poder, se "conservan" por mucho tiempo. Para muestra, un botón: Juan Pablo II, Franco, Fraga, Pinochett...

A Ratzinger lo veo mayor. Se le nota ya cierta torpeza y falta de energía. No digo que no esté lúcido, pero comienza su papado cuando debería haberse ganado una tranquila jubilación. Por el lado humano me parece cruel; y por el lado doctrinal nos espera más de lo mismo...

En fin, podríamos resumirlo así: La Iglesia católica ha conseguido el papa que se merece...

DrPepix -

Yo había escrito una novela en la que había cambio de papa antes de que muriese este, y ahora si se publica algún día van a creer que fue a raíz de un hecho real.

Pero no: transcurre en una realidad alternativa. Y además, intencionadamente.

Por otra parte, sí, es una sorpresa que hayan elegido a alguien de la edad del nuevo papa para ese puesto. No parece que quieran que les dure. Lo mismo ellos mismos venden libros con las supuestas profecías de Malaquías.

En fin... con sus hostias se lo coman.