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Haddharamma

Farenheit 9/11

Farenheit 9/11 ¡Niños y niñas! ¡Padres y abuelos! ¡Señoras y Caballeros! ¿Cansados de los payasos de la tele? ¡Bienvenidos al maravilloso mundo del circo de los políticos! Con sus increíbles números de acrobacias mediáticas, sus sensacionales campañas electorales, sus misteriosas tramas de poder y dinero, sus intrincadas manipulaciones malabarísticas, sus arriesgadas mentiras y sus divertidas bufonadas ante los medios. Podrán ver todo esto y mucho más en Farenheit 9/11. ¡No se la pierdan, amiguitos!

Anoche fui con Inma a ver el último documental de Michael Moore. Tenía bastante espectación, después de la polémica mediática que le ha precedido. Me esperaba un folletín anti-Bush lleno de verdades y con rigor, pero algo aburrido. Pues no, lo que más me ha sorprendido una película con un hilo narrativo que va contando una historia, que mantiene muy bien el ritmo, alternando momentos de humor, cinismo, denuncia, crudeza (especialmente los muertos y heridos iraquíes). Además de informar, entretiene al espectador durante las dos horas que dura. Una película documentada, un documental que narra una historia.

Michael Moore ha tenido el valor de ser crítico con su país, escarbar en los basureros que los americanitos de a pie ignoran porque prefieren mirar para otro lado, y evidenciar la miseria de su clase política. Por supuesto está por ver si todo lo que denuncia es cierto, dice tener documentos que corroboran todas las acusaciones. Los republicanos se han querellado, aunque probablemente sean los que más tienen que perder metiéndose en un juicio en el que los documentos de Moore podrían convertirse en pruebas, y podría derivar en una investigación contra ellos. Si el boomerang no golpea su presa, se vuelve contra quien lo lanzó.

No sólo tiene mérito contar lo que cuenta (teniendo en cuenta que en EEUU, al contrario de lo que siempre están proclamando, hay muy poca libertad de expresión, cualquiera que se aleje demasiado de la corriente principal de pensamiento políticamente correcto es tachado de fanático antiamericano e ignorado), sino que además es un buen documental cinematográficamente hablando, bien contado con algunos golpes de humor delirantes y magistrales: ¿a quién se le ocurriría irse a la puerta del Congreso a repartir folletos de la Marina para intentar convencer a los congresistas de que alisten a sus hijos? (El Congreso ha mandado más de 200.000 soldados al golfo, pero sólo uno de los congresistas tiene un hijo en la Marina). Y el golpe final es sencillamente magistral.

Ojalá los americanitos presten atención a este ejemplo de autocrítica y abran los ojos acerca de lo que sus políticos llevan haciendo un siglo con el mundo (es decir, invadiéndolo para hacer negocios; eso sí, siempre en nombre de la Libertad y los Supremos Valores Americanos), y arruine las posibilidades electorales de los republicanos.

Aunque lo más probable es que la crudeza y lucidez de la crítica se le atragante a un pueblo que aún cree vivir en Disneylandia, todavía hipnotizado con el manido sueño americano, y nada acostumbrado a que le cuenten la verdad acerca de qué va en realidad el cuento. La mayoría de los conservadores (y la mayoría de los americanos son muy conservadores, teniendo en cuenta que incluso su partido más progresista, el Demócrata, se sitúa a la derecha del PP español) difícilmente se tomarán la molestia de ir a verlo y al final sólo convencerá a los convencidos, como pasa siempre con estas cosas. ¿Quiénes prestamos atención aquí al documental Hay motivo contra las miserias del gobierno del PP?

Habrá que conceder un voto de confianza al pueblo americano, a ver si esta vez demuestra estar a la altura de la que siempre presumen, y abren los ojos por una vez.

No hay verano que se precie sin sus correspondientes ejercicios espirituales. No me faltéis.

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