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Haddharamma

Mischi-mini-mini-mini

Esta mañana bajé a Málaga a arreglar unos papeleos. Iba apresurado por la Avenida de Andalucía cuando me encontré con varias personas en torno a una palmera de donde provenían los maullidos desesperados de un gatito. Se había encaramado entre las ramas de la pita y no sabía bajar. Aunque no sé si estaba más asustado por los intentos de capturarlo.

En cuanto me asomé y vi aquel minino de unos tres meses llorando indefenso, no fui capaz de pasar. Una chavala trepó (con una agilidad que yo perdí hace bastantes años) pero el gatillo huyó hacia el otro lado. Como desde ahí lo tenía más fácil me decidí a encaramarme (bueno, apenas un par de palmos). A estas alturas tengo ya superados aquellos superéroes de mi infancia, pero tuve la sensación de estar interpretando uno de esos gags de dibujos animados, el clásico del gatito que no sabe bajar y pero tampoco se deja rescatar.

Al final nos las apañamos para agarrarlo. El pobrecito se defendió como si nos lo fuéramos a comer, en cuanto se vio en el suelo corrió de nuevo a la pita y empezó a trepar. Definitivamente: nosotros le dábamos más miedo. Tanto la chica como un señor que trabajaba en un negocio de al lado y llevaba toda la mañana sufriendo por sus maullidos, estaban pensando llevárselo. Pero el padre de la chica no estaba por la labor, y el señor ya tenía dos gatos. Lo atraparon de nuevo, y ayudé a tranquilizarlo acariciándolo y haciéndole mimitos. El señor del negocio volvió con una caja de cartón, y se lo llevaron, decidiendo quién se lo quedaba al final.

Hoy no ha sido precisamente un día productivo: no pude completar los trámites que fui a hacer, Torremolinos está en feria y todo el mundo aprovecha para poner la música alta (especialmente el nuevo bar de abajo que en un mes está dejando claras sus intenciones de causar problemas), el ayuntamiento cerró antes de tiempo, y encima tampoco me ha cundido el trabajo esta tarde. Pero hoy he ayudado a salvar un gatito, y me siento satisfecho.

Y a estas horas me pregunto quién acabó quedándoselo.

4 comentarios

Haddhar -

Víbora cruel...

Tyrannosaurus Reflex -

Creo que al final se lo quedó el cocinero de "El legado celestial" ese del buffet de comida TAN barato al que nos gustaba ir...

Epaminondas Pantulis -

Esto más bien parece la Buena Acción de la semana de Zipi y Zape (pero sin final desastroso, claro) :-)

Arthur -

Je, je, seguro que te sientes más satisfecho que si hubieras sido muy productivo. Si es que lo importante para uno no suele coincidir con el concepto de productividad.

Otra cosa es lo que piense el pobre gato del que lo cogió del arbolito para meterlo en una caja de cartón. ¡Adios libertad!